En 1895 se publicó
la novela “La Máquina del Tiempo de H. G. Welles, que, si bien no fue la
primera en tocar el tema del viaje temporal, si fue la primera reconocida por
su calidad. Esto dio comienzo a un sin número de historias que van desde la
comedia de Volver al Futuro a la visión apocalíptica de Terminator.
Un evento que
parece ser un intento fallido por hacer viajes temporales es el conocido
Experimento Filadelfia. Esto ocurrió el 28 de febrero de 1943 en el astillero
naval de Filadelfia, donde se supone que se buscaba que el destructor escolta
USS Eldrige se volviera invisible a la vista. No obstante, según lo que algunos
testigos dijeron, el buque no sólo desapareció de la vista, sino que fue
transportado en el tiempo, lo que produjo numerosos problemas a los marinos que
servían en dicho navío. Hay muchas variables dentro de esta historia, como la
de la participación de tesla en él o la del mismo Einstein.
Otro elemento del
que se habla por ahí es el chronovisor, que vienen a ser como un televisor capaz
de permitirnos ver hechos del pasado. Supuestamente inventado por un sacerdote
jesuita con formación científica de nombre Marcello Pellegrino Ernetti, quien
construye su artilugio por encargo del Vaticano y para poder ver de primera
mano los hechos de la vida de Jesús. No se conocen fotografías del chronovisor
y sólo han llegados algunas imágenes que se supone que son de Jesús y sus
apóstoles de muy mala calidad.
Un caso que se ha
hecho muy popular en la red es el de Jhon Titor, quien es un personaje que se
puso en contacto con diferentes programas de radio y páginas de internet
diciendo que es un viajero del tiempo del año 2036, quien fue enviado a la
actualidad para recuperar uno de los primeros modelos de computadora IBM, pues
gracias a él podría evitar una debacle informática en su tiempo. Además, hecho
varias predicciones, pero advierte de que la historia que estamos viviendo no
es la misma de su pasado.
Así, en los últimos
años han aparecido diferentes pruebas en imágenes de viajeros en el tiempo, ya
sea una mujer hablando por celular en una película de Chaplin de los años 20s,
un hípster observando entre una multitud en los 40 o alguien sacando fotos con
su Smart phone en el mundial de fútbol de 1962.
Ahora, los viajes
en el tiempo crean una gama tan amplia de posibilidades que llega a dar
vértigo. Tan sólo el hecho de viajar al pasado y cambiarlo ya tiene
implicancias que nos obligan a hacer ejercicios lógicos que van más allá de lo
cotidiano ¿Se crearán universos paralelos cada vez que se cambia algo del
pasado? ¿O será el tiempo algo flexible, que a cada momento se va adaptando a
nuevas condiciones a medida que cosas del pasado son cambiadas? Sólo
experimentando este viaje quizá podríamos saber cuál es la verdad.