La mayoría de las
historias de ciencia ficción y las películas nos muestran que las razas
extraterrestres que se encuentran por allá afuera son humanoides, con ciertas
diferencias, pero humanoides. Incluso seres inspirados en otras criaturas, como
los reptilianos, son versiones antropomórficas de animales u otros seres,
siempre contando con dos brazos, dos piernas, un tronco y una cabeza. No
obstante, las formas en que la vida pudo haber evolucionado es inmensa,
teniendo en cuenta que todo esto está supeditado al ambiente de cada planeta.
Pero existe una
teoría nueva, planteada por el astrobiólogo coreano Ttong Gwa Hagja, quien dice
que la proporción de tipos de razas extraterrestres en la galaxia debe ser
semejante a la que existe en la Tierra. Esto implica que la mayoría de los
extraterrestres deben tener un origen insectoide o parecido.
Ahora, el
científico coreano dice que en el momento en que nos encontremos con estas
formas de vida, posiblemente debamos de replantearnos los parámetros que usamos
para determinar si una raza puede ser considerada inteligente. Esto debido a
que la evolución de los mamíferos y, específicamente, los primates, dieron
forma a nuestra sociedad, pero una que provenga de insectos puede ser
totalmente diferente.
Lo anterior acerca
el tema a ciertas obras de ciencia ficción que suelen ser poco comunes dentro
del género, como lo es Starship Trooper de Rebert A. Heinlein, el Juego de
Ender de Orson Scott Card o la el film Alien de Ridley Scott.
La dinámica social
que podríamos encontrarnos al conocer una civilización extraterrestre podría
ser muy diferente a nuestra manera de organizarnos, siendo más cercana a las
colonias de hormigas, abejas o termitas, con sujetos altamente especializados,
donde cada uno ocupa un nicho específico en una pirámide cuidadosamente
especificada, con una figura en su cima, semejante a una reina, madre de todos.
No obstante,
existen otras implicancias en esta teoría en las que el especialista no ha
deseado ahondar. Dentro de los insectos existen varios casos de comportamiento
parasitario, donde algunas especies incuban sus huevos en otros insectos o
animales, hasta casos en que se consumen cuerpos completos para la
supervivencia de la colonia.
¿Que podría estar
esperándonos entre las estrellas? ¿Una raza con intereses comunes y ánimo de
cooperación o enjambres de monstruos que sólo desean perpetuar su especie a
costa nuestra? Sólo el tiempo lo dirá.