lunes, 30 de septiembre de 2019

Una Ciudad Perdida I

En la mitología de diferentes pueblos son comunes las historias de tierras perdidas, lugares de maravilla que, de la noche a la mañana, eran tragadas por la tierra o el mar. Ya sea la Atlántida, Lemuria o Mu, sabemos que existieron mucho antes de que empezaran nuestros registros históricos, por lo que las hemos cubierto con el velo de la leyenda, pero ¿Qué pasaría si te dijera que en la actualidad hay lugares que desaparecen del mapa y de los que nadie se entera?
Si nos fijamos en un mapa de Canadá encontraremos que la ciudad más grande en su costa pacífica es Vancouver, siendo el resto sólo localidades menores. Pero si buscas por la accidentada costa, exactamente en las coordenadas 51º06’55’’N y 127º40’18’’W, te encontrarás con la sorpresa que no hay nada, lo cual no es para nada extraño, excepto porque existen muchos indicios de que hace un año en ese lugar se encontraba una bullente ciudad que algunos poderes en las sombras se han encargado de borrar de nuestra memoria.

Una de las pocas imágenes que quedan del puesto de Aaronhill

Partamos desde el principio. Todo empezó a partir de un contacto que tuve con un blog (que fue extrañamente cerrado y del que me guardaré el nombre) en el que se relataban extraños sucesos ocurridos en la ciudad de Aaronhill, Canadá, entre los meses de mayo y octubre del año recién pasado. El asunto es que buscando en las posibles fuentes, no se pudo encontrar alusiones a la ciudad de Aaronhill o a los hechos que más o menos se pueden reconstruir de la información que encontré en el blog del que les he hablado. No obstante, el blog no sólo cuenta una historia fantástica y aterradora, sino que adjunta documentación que la avala, por lo que su veracidad crece significativamente.
Pero hablemos de Aaronhill, una ciudad que se encontraba (¿?) en las coordenadas ya citadas, la cual era principalmente un puerto comercial, ya que por tierra el exceso era difícil debido a las montañas que la rodean por el este. Por una cita que se hace de la guía turística Lonely Planet acerca de la zona de la Columbia Británica (si se revisa la versión online de la guía, esta información ha sido borrada), el blog explica que Aaronhill fue fundada a mediados del siglo XIX por buscadores de oro, aunque el sitio ya estaba poblado por algunas tribus indígenas que consideraban como sagrada una falla geológica con forma de medialuna. Alrededor de esta grieta se construyó la ciudad, cosa que no tiene una explicación clara, aunque algunos proponen razones esotéricas para ello.
El asunto es que la ciudad prosperó, por lo menos hasta el año pasado, cuando unos disturbios marcan el comienzo de la debacle. Se le llamó La Noche del Caos a los hechos ocurridos durante la noche del 29 de mayo de 2018, en que varias zonas de la ciudad se vieron inmersas en diferentes actos de violencia para los cuales no existió una explicación. Los relatos fueron de lo más variados, yendo desde rencillas entre bandas rivales, a enfrentamientos entre fuerzas paramilitares y criaturas parecidas a pie grandes. Lo anterior consignado en un dossier que un inspector de la policía entregó a sus superiores, del cual solo he podido rescatar el memorándum que lo encabezaba y que presento a continuación.

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Como se puede leer, el inspector Callahan parece sospechar que existía un trasfondo más oscuro detrás de los disturbios de la Noche del Caos, pero lo más extraño es la nota manuscrita al pie de la página. Por las iniciales podemos suponer que fue escrito por el capitán al que iba dirigido el memorándum, pero lo que no queda claro es a quién se dirige con esas palabras, por qué le llama “Amo y señor” o cuál era el motivo para encubrir todo lo que estuviera relacionado con los disturbios.
Luego tenemos los registros de un diario local llamado “El Vigilante”, el cual puede ser catalogado de amarillista por la mayoría, pero para quienes sabemos que allá afuera hay algo más, es en realidad un valiente divulgador de la verdad. En la portada del día 3 de octubre de 2019 podemos ver que en Aaronhill no era ninguna ciudad apacible, sino que se encontraba plagada de fenómenos paranormales, lo cual seguramente se debía a la extraña falla en forma de media luna.

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Ahora, todo lo anterior, puede parecer anecdótico, pero el 10 de octubre El Vigilante informaba de cómo la ciudad estaba nuevamente deslizándose hacia un caos total, con extraños asesinatos en un parque de diversiones y en la universidad, caída de helicópteros y balaceras con criaturas ectoplásmicas.


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Para el 17 las cosas han empeorado de forma exponencial, con múltiples incendios, un apagón general y casos de asesinatos cada vez más siniestros. No obstante, esto que parece deberse a un caos muy mundano, parece tener un trasfondo aterrados y sobrenatural. Lean entre líneas.

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La última edición que he encontrado de El Vigilante nos muestra un panorama apocalíptico, con un fuerte terremoto que deja todo por el suelo, saqueos, extraños ataques de seres semejantes a zombis y militares sitiando la ciudad. 

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Acá ya entramos en terrenos pantanosos. Pudimos atisbar gracias al informe del inspector Callahan que existe una conspiración detrás de los sucesos de Aaronhill y que esta intentó ocultarlos. No obstante, hay algo mucho más oscuro tras todo esto, de lo cual hablaremos en una próxima entrega.